Los fusilamientos del 23 de agosto de 1936 en Huesca.

En dicha fecha, 95 hombres y mujeres de Huesca fueron fusilados en los muros del cementerio. Todos habían sido detenidos los días anteriores por oponerse activa o pasivamente al glorioso movimiento nacional. Algunos habían tenido una actividad especialmente protagonista pero no todos. De hecho, los opositores más destacados, como los alcaldes Mariano Carderera y Manuel Sender o el artista Ramón Acín, ya habían sido asesinados con anterioridad.

El 23 de agosto fue una represalia al ataque aéreo que acababa de recibir la ciudad y que había causado dos muertos. Una represalia especialmente sangrienta e indiscriminada que acabó con la vida de casi un centenar de oscenses sin ningún tipo de juicio ni justificación. Las gentes de Huesca callaron atemorizadas ante el continuado cortejo de la muerte; desde algunos balcones se escucharon insultos para con los que iban a ser asesinados y aplausos para los verdugos.

La tapia exterior oeste del cementerio oscense conservará durante muchos años las huellas de la masacre. En recuerdo de los sucesos del 23 de agosto y de otras víctimas de la represión, Huesca ha levantado los monumentos del parque de los Mártires de la Libertad y del cementerio. 80 años después, la ciudad ha querido recuperar, por fin, su propia memoria.



La memoria democrática y el Archivo Histórico Provincial de Huesca

Verdad, Justicia y Reparación. Esos son los tres pilares de toda política de memoria democrática. Los archivos tienen mucho que aportar para sacar a la luz la primera de ellas. Contienen las fuentes necesarias, no únicas pero sí fundamentales, para saber la verdad y, desde ella, reclamar la justicia y la reparación. Los documentos son necesarios para que los historiadores puedan trabajar y para que los ciudadanos podamos ver y comprobar los hechos que nos explican. De alguna manera, los archivos deben democratizar la memoria para que no sea sólo de unos pocos y pueda estar al alcance de todos.

El portal DARA-Memoria Democrática de Aragón se ha creado para recuperar y dar a conocer todos esos documentos. A los más de 80.000 referencias que contiene de todo Aragón (casi 15.000 de ellas aportadas por el Archivo Histórico Provincial de Huesca), se van a añadir próximamente 1500 expedientes de responsabilidades políticas de la provincia de Huesca.

Para unirnos a la conmemoración, hoy publicamos el acceso al expediente digitalizado de Concha Monrás, una de las víctimas del 23 de agosto de 1936. Allí se ve cómo el castigo no terminó con su muerte. Años después sería condenada a una cuantiosa multa económica que debían pagar sus herederos “como consecuencia de su oposición al Glorioso Movimiento Nacional”. 

Puede acceder al expediente completo pulsando AQUÍ



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