"Un caso vos contaré, si me querez escuitar": otro tesoro manuscrito del Archivo de Casa Catarecha de Hecho

 "Un caso vos contaré, si me querez escuitar,

que en este mismo lugar [1], a una moza li pasé". 


En el recién publicado número 34 de la revista Alazet, editada por el Instituto de Estudios Altoaragoneses, se recoge un artículo [2] escrito desde nuestro Archivo , donde se contextualiza de forma más completa este poema.

Además de ser un descubrimiento sorprendente -por estar escrito en cheso ya en el s. XIX- nos sumerge mediante su lectura, en un chascarrillo decimonónico, que corrió por el pueblo de Hecho, y pasó después de boca en boca durante generaciones, en forma de estrofas redondillas.

Algunos vecinos memorizaron y transmitieron sucesivamente durante décadas, en momentos y veladas de reunión, la historia de una morena, “que mira siempre sin reparo, con güellos provocativos, burlándose con descaro, aunque no li den motivos”. Se ponía además muy guapa siempre que iba a por agua a la fuente para que la vieran. Alguna noche, la rondaba con canciones un mozo cheso con el que intercambiaba miradas, y que acabaría huyendo, corriendo a la fuga apaleado, en las circunstancias que veréis si leéis la composición hasta el final.

Pero, ¿por qué sabemos que este “poema” se compuso, o al menos se recogió por escrito a finales del siglo XIX? Pues por la persona que lo firmó: Domingo Borau Miguel.

Cuartilla con la composición en cheso

Domingo, el firmante de nuestra composición, nació en Hecho, y mantuvo amistad, correspondencia, y juegos de tiro de barra en el pueblo, con miembros de la familia Catarecha. Así nos lo cuenta en las cartas conservadas en nuestro Archivo [3]. Regentó además durante décadas una tienda en Zaragoza, tras emigrar allí desde Hecho. Como curiosidad, sabemos también que fue hermano de la recientemente redescubierta poeta María Cruz Borau Miguel, a la que Antonio Martínez Valero dedica varias e interesantes entradas en su blog “Echo sin hache” [4].

La cuartilla que firmó con estos versos, fue guardada por la familia Catarecha, quizás en algún cajón, junto a otros muchos “papeles” de la casa.

Pero tenemos constancia de que esta composición, lejos de olvidarse, se siguió transmitiendo de boca en boca. Décadas después, en el año 1934, el joven filólogo Rafael Gastón decidió poner por escrito testimonios en cheso que recogió de la tradición oral [5] para preservarlos, incluyendo casualmente un poema, que varios vecinos recordaban de memoria, y que comenzaba con la frase “Un caso vos contaré”.


Fotografía de Hecho desde el sur. Año 1927. Martín Luesma AHPHU F/00147/0002


Llegados a este  punto, tenemos que deciros que Gastón ya nos advierte en 1934 al publicarla por fin impresa de que:

Aun cuando la composición es de un gusto muy discutible, no vacilamos en publicarla aquí, pues sería inoportuno rechazarla cuando por la carencia de textos literarios chesos no hay lugar a elección”

 

Inevitablemente, pasado el tiempo, la historia del mozo y la morena se diluyó de la memoria colectiva, desapareciendo de la tradición oral, lamentablemente, como muchas otras.

Y siguió avanzando el tiempo, y casi finalizado el s. XX, una pequeña cuartilla doblada en 4 partes ingresó en el Archivo Histórico Provincial de Huesca junto al resto de documentos del fondo de Casa Catarecha de Hecho.

Y como ya imagináis, su primera frase decía así:

 “Un caso vos contaré”.

Así que después de esperar más de un siglo, no queremos entreteneros ni intrigaros más, y os dejamos a continuación la transcripción de esta historia, escrita en cheso del siglo XIX, en una cuartilla de papel, quizás para que los chesos la llevaran por sus bolsillos para así memorizarla mejor y contarla en sus ratos de entretenimiento y diversión. 

Incluso para contárosla a vosotros, que más de un siglo después, si me querez escuitar, este caso vos contaré:


Un caso vos contaré
si me querez escuitar,
que en este mismo lugar
a una moza li pasé.

Lo nombre agora vos callo
porque no quiero enfadarla
pero podrez domenarla
por las señas sin triballo.

Ye una morena muy graciosa
que ve muyto enta la fuen
porque la bea la chen
muy peynada e muy curiosa

Mira siempre sin reparo
con güellos provocativos
burlándose con descaro
aunque no li den motivos

La nariz arremangada,
la boca siempre con risa,
la cara redonda e lisa,
la barba muy bien formada.

Lo jueves facié 8 días,
aunque heba poca gana
fue a regar muy de mañana
las favas e las chodías.

Bel rato estié chaputiando,
pero li cansé lo riego
porque lo sol deslumbrando
cremaba como lo fuego.

Enta una marguin sen fue
sin las medias ni alpargatas
e a la sombra de unas matas
tripa arriba se ité.

Aquella noche sin sueño
se yera estada escuytando
a un mesache que rondando
li cantaba con empeño.

Aunque poco se fablaban,
los dos buen goyo se feban
e cuando no los bieban
buenas golladas se itaban.

Al otro día sen iba
lo mesache á triballar,
cuando trové sin pensar
a la moza que dormiba.

Entierra yera de espaldas,
los chenullos amostrando,
que lo aire de cuando en cuando
lí debantaba las faldas.

En primeras se quedé
mirándola con afán,
e de pronto como un can,
encima li se ité.

Derrepente ella espantada
se despierta dando voces;
e á lo mozo emprendié a coces
dandolí firme puñadas.

Poco duré la pendencia,
que así que lo concocié,
bien parada se quedé
sin fer ya más resistencia.

Su padre que yera fendo
buxacos para empalar,
oyendo lejos gritar
Acudié enta allí corriendo.

Trové á la filla espeinada
con gran furia é sobresalto,
remangada hasta bien alto
debaxo lo mozo itada.

Rabioso le arremetié
gritándolí áh ladrón
é agarrando un buen forcón
a tochadas lo emprendié.

Aturdíu lo pobre diablo
cuando los golpes se siente,
se debanta derrepente
fuyendo como un renablo.

Sin alzarse la bragueta
con la espalda bien calien
escapé en un Santíamen
más listo que una saeta.

Cuando a las once men iba
la otra noche yo a cenar
en un patio suspirar

¿[yo]aun Vi la? //

Domingo Borau Miguel  [y]   ¿Juan Vilas?

 



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