Los naipes, compañeros de buenos ratos
Pero también hay otra documentación como inventarios y herencias que nos cuenta que en los primeros tiempos tener un juego de naipes era tener algo de valor.
A partir del s. XVI, la industria de los naipes empieza a crecer y existen evidencias de su fabricación en Barcelona, Valencia y Zaragoza.
La baraja desde el principio tuvo cuatro palos -oros, copas, bastos y espadas- porque parece que se querían representar a los estamentos sociales de la época: realeza, clero, ejército y pueblo.
Pero además, la baraja española tiene características propias: es la única que no tiene figuras femeninas y además las líneas superior e inferior que enmarcan las figuras son discontinuas e indican el palo al que pertenece el naipe.
Las imágenes que vemos pertenecen a unos naipes que se encontraron en el fondo de protocolos notariales del Archivo Histórico de Huesca. Probablemente los notarios los olvidaron entre sus páginas y gracias a este descuido, hoy podemos disfrutar de ellos.
Se conservan con la signatura: AHPHU_12052
Agradezcamos a los naipes los buenos ratos que todos hemos pasado con familia y amigos.
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